
Detente, sombra de mi bien esquivo,imagen del hechizo que más quiero,bella ilusión por quien alegre muero,dulce ficción por quien penosa vivo.Si al imán de tus gracias, atractivo,sirve mi pecho de obediente acero,¿para qué me enamoras lisonjerosi has de burlarme luego fugitivo?Mas blasonar no puedes, satisfecho,de que triunfa de mí tu tiranía:que aunque dejas burlado el lazo estrechoque tu forma fantástica ceñía,poco importa burlar brazos y pechosi te labra prisión mi fantasía.
Dime vencedor Rapaz,vencido de mi constancia,¿Qué ha sacado tu arroganciade alterar mi firme paz?Que aunque de vencer capazes la punta de tu arpón,¿qué importa el tiro violento,si a pesar del vencimientoqueda viva la razón?Tienes grande señorío;pero tu jurisdiccióndomina la inclinación,mas no pasa el albedrío.Y así librarme confíode tu loco atrevimiento,pues aunque rendida sientoy presa la libertad,se rinde la voluntadpero no el consentimiento.En dos partes divididatengo el alma en confusión:una, esclava a la pasión,y otra, a la razón medida.Guerra civil, encendida,aflige el pecho importuna:quiere vencer cada una,y entre fortunas tan varias,morirán ambas contrariaspero vencerá ninguna.Cuando fuera, Amor, te vía,no merecí de ti palma;y hoy, que estás dentro del alma,es resistir valentía.Córrase, pues, tu porfía,de los triunfos que te gano:pues cuando ocupas, tirano,el alma, sin resistillo,tienes vencido el Castilloe invencible el Castellano.Invicta razón alientaarmas contra tu vil saña,y el pecho es corta campañaa batalla tan sangrienta.Y así, Amor, en vano intentatu esfuerzo loco ofenderme:pues podré decir, al vermeexpirar sin entregarme,que conseguiste matarmemas no pudiste vencerme.
Verde embeleso de la vida humana,loca esperanza, frenesí dorado,sueño de los despiertos intrincado,como de sueños, de tesoros vana;alma del mundo, senectud lozana,decrépito verdor imaginado;el hoy de los dichosos esperado,y de los desdichados el mañana:sigan tu sombra en busca de tu díalos que, con verdes vidrios por anteojos,todo lo ven pintado a su deseo;que yo, más cuerda en la fortuna mía,tengo en entrambas manos ambos ojosy solamente lo que toco veo.


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